¿Qué son las herramientas basadas en Inteligencia Artificial Generativa?
La Inteligencia Artificial Generativa es una rama de la inteligencia artificial que genera contenido automáticamente en respuesta a indicaciones escritas (prompts).
El contenido generado puede incluir, entre otros, textos, código de software, imágenes, vídeos o música.
¿Cómo pueden ayudar las herramientas basadas en IAG al profesorado para mejorar sus prácticas de enseñanza?
Son diversos los usos que el profesorado puede hacer de estas herramientas para optimizar su actuación docente.
Entre estos usos se destacan los siguientes:
Elaborar ejemplos con fines didácticos para facilitar la comprensión por parte de los estudiantes de conceptos nuevos y complejos.
Preparar el material docente en múltiples formatos.
Ayudar a personalizar los procesos de enseñanza en las instituciones de educación superior.
Elaborar un amplio banco de preguntas sobre el contenido de la asignatura que el estudiantado pueda utilizar para autoevaluar su propio proceso de aprendizaje.
Diseñar actividades de simulación (roleplay) en las que el estudiante tenga la oportunidad de aplicar los conocimientos adquiridos.
¿Cómo pueden las herramientas basadas en IAG ayudar al estudiantado en su aprendizaje?
Entre las utilidades asociadas al uso de las herramientas basadas en IAG para mejorar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes, se destacan las siguientes:
Generar resúmenes.
Convertir el contenido a múltiples formatos.
Crear imágenes.
Mejorar la calidad de la redacción de los trabajos escritos.
Escribir código en lenguajes de programación.
Superar el miedo a la página en blanco.
Emplear las herramientas de IAG como compañeras de aprendizaje:
dar respuesta a los exámenes de cursos anteriores;
elaborar mapas conceptuales que faciliten la comprensión inicial de un nuevo tema;
obtener explicaciones de conceptos complejos en términos sencillos;
adquirir vocabulario;
elaborar fichas resumen con preguntas y respuestas sobre un determinado tema;
generar preguntas para autoevaluar los conocimientos adquiridos.
Proporcionar retroalimentación instantánea al alumnado sobre su desempeño en las pruebas de evaluación, ayudándoles a identificar posibles errores o aspectos que mejorar, con lo que se fomenta un aprendizaje eficaz y dinámico.
Limitaciones técnicas y legales de las tecnologías basadas en IAG
Entre las principales limitaciones de las herramientas basadas en IAG, encontramos las siguientes:
Las IAG de texto proporcionan respuestas que están muy bien escritas y esa validez aparente puede hacernos pensar que el contenido es verosímil.
Los resultados generados pueden incorporar citas o referencias bibliográficas que, aunque parezcan realistas, no son correctas o han sido inventadas.
Las herramientas basadas en IAG han sido entrenadas con extensos conjuntos de datos y los sesgos inherentes a estos datos (por ejemplo, sesgos de género, de cultura o de raza) estarán presentes en los resultados.
Además, si los datos con los que entrenan sus modelos no están actualizados, los resultados generados tampoco lo estarán.
La calidad de los resultados generados por estas herramientas depende de la precisión de las instrucciones (prompts).
Implicaciones legales
Junto con las limitaciones descritas, antes de utilizar estas herramientas, conviene tener en cuenta las posibles implicaciones legales derivadas de su uso:
Los resultados generados por estas herramientas pueden incluir ideas de otros autores sin que aparezcan convenientemente citadas y referenciadas, lo cual podría constituir una forma de plagio.
El contenido creado con herramientas de IAG es generado mediante algoritmos y, por consiguiente, al citar dicho contenido debe acreditarse al autor del algoritmo, tal y como recomienda la American Psychological Association (APA).
En ocasiones, existen dudas acerca de la legalidad del contenido utilizado para entrenar a los modelos de IAG.
Se debe evitar proporcionar datos de carácter personal y, en ningún caso, se debe compartir información confidencial, datos de terceros o contenido protegido por derechos de autor.
La evaluación ante la irrupción de las herramientas de IAG
Estrategias para adaptar las pruebas de evaluación
La irrupción acelerada de las herramientas basadas en IAG exige reorientar las actividades de aprendizaje y, consecuentemente, la evaluación.
Evaluación auténtica de los aprendizajes
Este tipo de evaluación busca aplicar los conocimientos adquiridos y las habilidades desarrolladas para dar respuesta a tareas similares en situaciones del mundo real.
De acuerdo con Villarroel (2017), los tres componentes de este tipo de evaluación son:
Realismo. Este componente puede presentarse a partir de un contexto real que proporcione el marco para la tarea que se debe resolver o de situaciones similares a las que deberá enfrentarse en su futuro profesional.
Desafío cognitivo. Se pretende que el estudiante vaya más allá de la mera reproducción de contenidos y recurra a los procesos cognitivos de orden superior.
Se espera que los estudiantes no solo apliquen los conocimientos adquiridos en situaciones reales, sino que además tomen decisiones, reflexionen críticamente sobre el proceso y los resultados alcanzados y se enfrenten a problemas nuevos.
Juicio evaluativo. Implica que los estudiantes establezcan criterios e indicadores sobre lo que significa una buena actuación, con el fin de que puedan evaluar su propio desempeño y regular su propio proceso de aprendizaje.
Recomendaciones a la hora de diseñar las pruebas de evaluación
En pruebas objetivas o de desarrollar un tema:
Limite el tiempo de realización de la prueba, para evitar que el estudiante pueda ayudarse de otros recursos.
Pregunte por cuestiones específicas abordadas en el material básico de la asignatura, pero que no puedan resolverse fácilmente con búsquedas en Internet.
Pruebe a responder su prueba utilizando alguna herramienta de IAG.
Incluya preguntas que evalúen procesos cognitivos de nivel superior y el
pensamiento crítico.
Promueva la evaluación auténtica de los aprendizajes.
Proponga temas actuales, poco explorados o muy contextualizados.
Fomente el pensamiento crítico y otras competencias cognitivas superiores.
Partiendo de una respuesta inicial generada a través de herramientas de IAG, pida al alumnado que argumente en qué medida los contenidos objeto de estudio sustentan o no la respuesta ofrecida por la IAG.
Empleando herramientas de IAG genere múltiples respuestas a una pregunta abierta y, posteriormente, solicite al estudiante que sintetice y analice críticamente las respuestas dadas por la IAG, con el objetivo de construir su propia respuesta.
Pida al alumnado que, partiendo de una respuesta inicial proporcionada por una herramienta de IAG a una pregunta abierta, vaya refinando gradualmente las instrucciones en diferentes intentos hasta obtener una respuesta que abarque todas las consideraciones especificadas en la tarea.
Emplee herramientas basadas en IAG para diseñar un escenario ficticio en el que los/las estudiantes puedan aplicar los contenidos objeto de estudio.
Promueva la evaluación procesual y no finalista de las actividades.
Incorpore presentaciones y defensas orales de los resultados.
Organice debates.
Solicite al alumnado que incorpore un apartado de autorreflexión sobre cómo ha sido su proceso de aprendizaje durante la elaboración de un determinado trabajo.
Exija citas y referencias bibliográficas.
Requiera un informe de uso de IAG.
Utilice múltiples instrumentos para evaluar al estudiantado.
Valore la estructura y a la organización textual (coherencia, cohesión, etc.), más allá de la mera corrección lingüística.
Se conoce con el término inglés “prompt” a la instrucción que proporcionamos
a estas herramientas para pedirle lo que queremos.
¿Cómo diseñar un buen prompt?
Es importante que diseñes muy bien tu prompt. Cuanto mejor sea la instrucción
que proporciones, mejor será la respuesta que obtengas.
Es recomendable que tu prompt incluya los siguientes elementos:
Contextualización. Define cuál es el contexto o el rol que quieres que
adopte el chatbot. A menudo es útil decirle algo como: Eres “X” o “Actúa
como un experto en Y”.
Instrucción clara y concisa de lo que quieres. Proporciona los detalles
de cómo quieres que lo haga. Por ejemplo: Diseña 10 preguntas tipo test,
con cuatro opciones de respuesta, para autoevaluar los conocimientos del
tema “X”.
Establece las restricciones. Especifica también cómo quieres que sea la
respuesta. Por ejemplo: “Responde en español en 100 palabras” o “Solo
una de las respuestas será correcta. Indica cuál de ellas lo es”.
Define el formato de la respuesta. Para asegurarte que la respuesta
sigue el formato que deseas, especifícale el formato de la salida o pásale
un ejemplo de muestra.