María del Carmen García Alonso
La evaluación de los aprendizajes es una de las tareas de mayor complejidad que realizan los docentes, tanto por el proceso que implica como por las consecuencias que tiene emitir juicios sobre los logros de aprendizaje del alumnado.
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El propósito de la evaluación en el aula es mejorar el aprendizaje y desempeño del alumnado mediante la creación constante de mejores oportunidades para aprender, a partir de los resultados que obtienen.
La evaluación desde el enfoque formativo, además de tener como propósito contribuir a la mejora del aprendizaje, regula los procesos de enseñanza-aprendizaje, principalmente para adaptar o ajustar las condiciones pedagógicas (estrategias, actividades y planificaciones) en función de las necesidades del alumnado.
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Ocurre cuando comienza un ciclo escolar.
Es una evaluación diagnóstica.
Se realiza con la intención de explorar los conocimientos previos que ya posee el alumnado.
Su objetivo es adecuar el curso en función de las necesidades del alumnado y el contexto que se presente.
Es una evaluación formativa.
Se valora el avance en los aprendizajes a través de tres tipos de regulaciones:
El docente observa, dialoga e interpreta lo que su alumnado hace o dice sobre una tarea.
Después de una medición puntual, el docente refuerza aquello que no se ha aprendido adecuadamente.
Logrado un aprendizaje esperado, se programan actividades para ampliar lo aprendido.
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